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3/12/2019
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10ma. Jornada de Bioética, derechos humanos y discapacidad

Con el lema «Sexualidad y discapacidad», el 29 de noviembre se realizó en el Centro de Estudios del Banco de Previsión Social, la 10ma. Jornada de Bioética, derechos humanos y discapacidad.

El acto de apertura estuvo a cargo de la directora del BPS, Dra. Rosario Oiz, y de la gerente de Prestaciones de Salud, Cra. Ester Esteves.

Según la directora Oiz, el Comité de Bioética del BPS asumió un desafío muy importante a la hora de elegir el tema a tratar en esta jornada, puesto que «la sexualidad genera muchas dificultades a la hora de ser tratada abiertamente en nuestra sociedad, y más cuando pensamos a la sexualidad vinculada a derechos y a la discapacidad. Sin dudas, los prejuicios son muchos y estos tienen que ver con la falta de información y formación. Por lo tanto, considero que esta jornada es bien importante para romper con los mitos y aprender a manejar temas complejos pero que hacen a nuestra esencia como personas», agregó.

En una sala a pleno con unos 130 asistentes, más de 10 profesionales de la salud expusieron sobre Derechos sexuales y reproductivos para todas las personas; Desarrollo sexual en niños, niñas y adolescentes con discapacidad; Salud sexual y reproductiva y discapacidad, entre otros temas.

Asistieron al evento el presidente del BPS, Heber Galli, y el director en ejercicio en representación de los trabajadores, Sr. Carlos Clavijo. Asimismo, estuvieron presentes gerentes y funcionarios de la Salud y de Prestaciones Económicas del organismo.

Las conclusiones de la jornada estuvieron a cargo de la coordinadora del Comité de Bioética del BPS, magíster Dra. Verónica Nieto.

«Hacer lo que yo creo que es bueno para el otro es ejercer una protección y a veces una sobreprotección. Dentro de la bioética, se definió el principio de protección; hay que proteger en tanto el otro no puede pararse sobre sus mismos pies, en tanto el otro no puede ejercer su autonomía. Los uruguayos somos muy sobreprotectores y eso a veces coarta la autonomía de las personas. El desarrollo de la autonomía requiere la habilitación del otro a crecer y a permitir que tome decisiones”.

Nieto agrega que quienes trabajan con personas con discapacidad saben que es difícil mantener la confidencialidad con el paciente porque siempre hay un acompañante intermediario. «Hay cosas que no se dicen en una consulta porque los pacientes no quieren manifestarlo frente a la familia. La intimidad y la confidencialidad puede ser perturbada y nosotros, como profesionales, tenemos que prestar mucha atención».

«La discapacidad en una persona sea cual fuera su origen requiere una adecuada educación y orientación en la esfera de la sexualidad ya que de no suceder esto las consecuencias podrían ser determinantes, de mayor compromiso en las diferentes esferas de la vida. Entonces, cada individuo –independientemente de su discapacidad- tiene derecho al libre acceso a la información y, sobre todo, a la expresión de su sexualidad».

Los derechos sexuales deben ser reconocidos, promovidos, respetados y defendidos por todas las sociedades y con todos sus medios. La salud sexual es el resultado de un ambiente que reconoce y respeta estos derechos sexuales.